jueves, 25 de febrero de 2010


No se trata de lo que guarde u otorgue, tampoco se trata del hecho que nos amemos pero sin ser el uno para el otro. Se trata de lo que mi cuerpo pide y no recibe, todo esto se limita hasta el punto que pusiste alguna vez y nunca logré pasar, y te digo más!, yo, hoy, ahora, me cansé, pero mañana voy a reanudar ganas y paciencia, hasta el día en que realmente no sepa ya qué hacer, entonces voy a enceguecer mi corazón y hacer de mi vida una rutina con tu nombre y nada más.

miércoles, 24 de febrero de 2010

CRIATURAS.

Se sienta en el costado derecho de su cama sabiendo que es tarde y debe levantarse, intenta hacer tiempo, después de varios minutos inmóvil recuerda que el tiempo no se hace, sino que éste pasa, un suspiro, el cual intenta ser alentador pasa a ser un acto en vano.

Se levanta, sus pies se arrastran hacia el baño, las primeras gotas de agua fría en la mañana provocan espasmos en su piel al tocarla, una vez acostumbradas sus manos abordan hacia ellas un poco de agua, moja su cara. Este primer acto relevante del día la hace sentir mejor. Camina hacia la cocina, comienza el dilema de todas las mañanas: ¿mates, té o café con leche?, saca distintas conclusiones, las cuales apuntan a que la mejor elección sería el té con algunas galletitas de limón. Habiendo superado el primer obstáculo de la mañana se siente satisfecha, pero al mismo tiempo se da cuenta que el tiempo no perdonó ni esperó su indecisión y arrasó llevándose varios minutos secuestrados (los cuales jamás volverán). Sale de su casa, dirigiéndose a paso firme y acelerado al trabajo, llega a la puerta del gran edificio, segundo suspiro del día, o mejor dicho, segundo intento de aliento, segundo acto fallido. Entra, el ruido, la gente, los tacos, las voces gruesas, los suspiros, su presencia casi invisible, ¿a qué podemos aspirar cuando en cierto punto de nuestras vidas nuestra presencia resulta tan irrelevante?, corre hacia su estudio, los sonidos apabullantes ponen en peligro su humor estable (dije estable, no bueno). Una vez adentro entre papeles para leer y cuentas para hacer se olvida de pensar en lo que realmente le importa, por momentos se detiene y extraña esos ratos libres, en cuales su cabeza analiza situaciones que le resultan interesante o no. Pasaron 8 horas, y su estado físico lo demuestra, es hora de volver a casa.

¿Qué puede cenar?, el día fue agotador, el trabajo la terminó de fulminar, no desea arriesgarse a resolver un nuevo problema o el último del día. Su cuerpo yace sobre el sillón, agotada, sus ojos no pueden interpretar ya las imágenes que aparecen en la TV, es hora de apagarla, es hora de ir a dormir. Vuelven sus pies a arrastrarse hacia el baño, vuelve el agua a provocar espasmos en su cuerpo, solo que esta vez es el espasmo más agradable de recibir una ducha caliente, cepilla sus dientes y descubre una pequeña arruga en su frente, pero no presenta reacción ni expresión alguna. Se dirige hacia su cama, entreabre las sábanas y se recuesta, observa detenidamente las sombras que se dibujan y desdibujan en el techo, producto de las ramas de los árboles cercanos a su ventana, el viento, la luz de la luna y la oscuridad de su habitación. Piensa, se pierde, vuelve, supone, ignora, se harta y dice: ¡Basta, fue suficiente por hoy!, luego será otro día, debo retomar las ganas para desperdiciarlas mañana… así es mi vida, así son mis días.

lunes, 22 de febrero de 2010

Sentirse realizada en cuanto a lograr las cosas que una quiere, espera, es lo importante.
Me siento más grande, de todos lados menos de cuerpo, bajé de peso y señoras y señores, se me achicaron las tetas; siento que empiezo a hacer las cosas por mí misma y eso está bueno, viajo sola a lugares remotos, voy flashando con duendes o algo así y no me doy cuenta en dónde tengo que tocar el timbre del colectivo para bajarme, consecuencia de ese acto fallido caminar unas 15 cuadras bajo un cálido día de verano (34°), eso fue la primera vez que fui a Liniers; La segunda vez toqué en el momento justo el timbre, ¡BIEN!, pero bajé las escaleras equivocadas (había dos distintas) y tuve que costear toda la estación más fea de mi vida, pero en mí nunca funcionó mejor la frase "la tercera es la vencida". Esto en cuanto a manejarme sola y desvalida (mental, hola).
Mi familia, que quilombo lindo mi familia, porque estoy más cerca de mis hermanas, de mis sobrinos más pequeños a los que AMO, aunque la más beba (Larita de tan solo 1 añito) me despierte a las 8 de la mañana gritando con una voz de demonio impresionante "HOOOOOOOOOLA BEBÉ", dándome la pauta de bajar las escaleras para calentarle una mamadera, que mamá me sentí.
El colegio, el colegio?, ya fue, hoy terminé lo último y único que me ligaba a él (U), triste pero cierto, colgué la pollera por última vez (mentira, no la colgué, está tirada en el suelo), prefiero seguir imaginándome en una escena tipo la película "Billy Madison" en donde actúa Adam Sandler, cuando está esperando el autobús para volver a retomar sus estudios (desde el inicial) y canta "BAAACK TO SCHOOL, BAAACK TO SCHOOL, TO PROVE TO DAD THAT I'M NOT A FOOL" , aunque sé que no le tengo que probar nada a nadie.
Quiero cerrar este texto con algo muy colgado, creo, digo yo, de repente me parece, que desde que mi madre supo que mi himen fue rotado (sí, ROTADO baby), piensa que cada vez que salgo voy a tener sexo porque cada vez le pone más énfasis a la palabra "CUIDATE" cada vez que me dispongo a abandonar mi casa, cosas de la vida, consecuencias de crecer?, valió la pena.


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